Laura González (1987) es una escritora de origen zamorano autora de la obra Memorias de una Leona, publicada por Célebre Editorial. Ella debuta en el mundo literario con esta novela basada en un caso real, en el que por motivos de privacidad se han cambiado los nombres de los personajes.
En esta historia, Laura nos presenta a Ana, una chica quien se encuentra recluida en un centro de salud mental junto con la autora, quien decide darle voz a través de las páginas de esta obra. La protagonista abre la obra recordando quien era en su infancia y no quien le obligaron a ser, reminiscencia la cual pronto se ve interrumpida brevemente por el personal del centro, pero rápidamente será retomada tras el receso.
Iniciando su relato como una niña que luchó con garras y colmillos contra las creencias sexistas de su padre para educarla, Ana nos explica su relación con un mundo cruel y hostil dónde los más fuertes oprimen a quienes se oponen a sus designios a través de varios escenarios como una infancia rebelde, una adolescencia llena de peligros y una vida adulta que continúa una odisea personal en busca de su Ítaca, que no es más que el amor verdadero hasta terminar en el centro de salud mental.
La obra, la cual he clasificado en el género dramático, se extiende a lo largo de veinte capítulos y pone de manifiesto los males que aquejan y persiguen a las mujeres hoy en día como la persistencia de la cultura patriarcal, el machismo o los abusos de poder, incluso entre mujeres. Estos temas son abordados con gran destreza y realismo, sin caer nunca en el morbo del sufrimiento de la víctima, consiguiendo así un texto que se convierte en un grito de desesperación que llegó a congelar mi corazón.
Sin embargo, esta obra nos muestra a una mujer que, a pesar de haber sido humillada y despreciada, experimenta de forma inconsciente el verdadero amor, el cual, en palabras de la autora, es el de una madre hacia sus hijos, el amor incondicional. Prueba de ello, lo encontramos en algunas drásticas decisiones que Ana tomará sin importar las consecuencias.
En conclusión, espero y deseo que esta novela de denuncia social abra los ojos a una sociedad que todavía cuestiona la violencia de género, confunde amor con posesión y sigue enrocada en valores arcaicos y misóginos que no deberían tener cabida en el siglo XXI. A su vez, recomiendo esta obra a todos quienes sienten que la vida los está devorando, pues a pesar de que la leona Ana se encuentre enjaulada, su rugido conmovió mi corazón. Y espero que el vuestro también, lectores.