Tuve la fortuna, gracias a las tremendas vueltas que dan las redes sociales, de entablar contacto con Laura González Pérez (España, 1987). Un mensaje bastó, breve y fugaz, para que la joven autora, comprometida desde muy pequeña con el mundo literario, compartiera con nosotros parte de su historia.
En tempranas fechas, nos cuenta, comenzó a perfeccionar el oficio de la escritura; su acercamiento costó, al principio, un poco de trabajo pero poco a poco, la nata pasión y el gran empeño para sobresalir la colocaron en el sitio, importante, que ocupa ahora.
Con atención y talento nos comparte en “Memorias de una leona” (Editorial Célebre) la historia de Ana, una joven a la que conoció en la vida real y cuyas vivencias la conmovieron tanto que no dudó en trabajar durante largo tiempo para que su vida y relato quedaran, algún día, debidamente publicados.
Añadiendo nombres ficticios para proteger la identidad de todos los involucrados y debido a lo delicado del tema, González buscó para la novela, para el duro drama que se gesta entre sus páginas, un tono sumamente íntimo, directo; y que muchos podrían clasificar, sin titubear, de visceral. Pero la perspectiva no podría ser de otra manera: una joven que se enfrenta a una sociedad clasista, llena de estereotipos, viéndose obligada a mentir y a disfrazar su realidad, necesitaba detrás, como guía y respaldo, una voz firme y con temple para dar eco a todas aquellas mujeres que, en su misma situación, se ven solas e incapacitadas para salir adelante.
¿Y de qué trata exactamente “Memorias de una leona”? Ana, para que se animen a buscar el libro, es una chica joven que desconoce la fuerza que tiene hasta que la vida le obliga a usarla; con una absurda idea sobre el amor, buscándolo en personas equivocadas yterminando entre manos con consecuencias desastrosas,se ve obligada a cambiar el rumbo de su destino.
Con inesperadas y forzosas vueltas, nuestra protagonista ha alcanzado el terrible punto de sentirse encerrada en un sitio que nunca fue el suyo; y derepente, una mirada es capaz de ponerlo todo patas arriba… ¿Deberá luchar o dejarse llevar?¿Es posible cambiar un destino que, parece, ya escrito?
¡Acérquense!